
Hoy, cuando todos andamos en una de fiesta electoral y democrática, el campeón ultraderechista ha vuelto por lo suyo, con otra amenaza y otra invitación: le ha dicho "a la gente de los barrios" que "llegó la hora de cobrarse" la mala situación y etc. etc.
Eso en cualquier idioma es una invitación a la violencia. Misma que no será escuchada, lo mismo que la vez anterior, porque este imbécil no tiene poder de convocatoria y porque aquí nadie quiere regresar a la prehistoria.
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